viernes, 27 de septiembre de 2013

“Con la actuación, corté con la laca”

Ruddy Rodríguez visitó Puerto La Cruz para promocionar el filme de terror “La casa del fin de los tiempos”. Dice que aceptó el papel para ayudar al joven director Alejandro Hidalgo
A la actriz de la cinta “venezzia” le disgusta lo convencional Sandalias playeras, sencilla blusa rosa y falda desgastada de jean. Moja el pan de su desayuno en el café, al tiempo que intenta responder a las preguntas mientras todos los mesoneros y trabajadores del hotel esperan en fila para tomarle una foto.
Ruddy Rodríguez contesta sin tapujos y de vez en cuando suelta una mala palabra, como mucha gente de a pie en este país. Su acento delata que vive en Colombia.
La actriz, cuyo paso con la banda de Anzoátegui en el Miss Venezuela 1985 la llevó a ganar la de tercera finalista en el Miss Mundo, estuvo de visita por estas tierras para promocionar su más reciente película, “La casa del fin de los tiempos”, en el festival Entre Largos y Cortos de Oriente 2013.
Por “enésima vez”, aprovechó para aclarar que no nació en Anaco, dato que se ha extendido tanto que incluso su biografía en el portal Wikipedia así lo afirma.
-¿Qué significa Anzoátegui para usted? 
-Fue lo que representé en un momento. Un lugar en el que hice grandes amigos. Todavía nadie me cree que no soy anaquense. La gente me dice “paisana”. Pero aquí fue donde comencé a conocer el mundo. Fue mi primer destino fuera de La Guaira y Caracas.
De géneros 
Para Rodríguez, “La casa del fin de los tiempos” fue una aventura tanto para ella como para su director, Alejandro Hidalgo. “Él se arriesgó con alguien que viene del mundo de las telenovelas y yo me arriesgué con alguien que no tenía experiencia cinematográfica, pero sí un gran amor al arte y admiro a las personas con ese espíritu”.
-¿Por qué se atrevió? 
-Porque él se atrevió. A mí me ayudaron cuando comencé en este medio y me dije, “¿por qué no hacer lo mismo con otro?”. La rueda siempre gira. Firmé el contrato sin leer el guion.
-¿Es la primera cinta de terror en la que participa? 
-Sí, es la primera película venezolana en este estilo. Me encanta este género. Puedo ver filmes como “El exorcismo de Emily Rose” o “El aro” en mi casa, sola. Me gusta el terror, la acción y el suspenso (que logré con “Tiempo final” de FOX) y nunca me habían dado la oportunidad. Siempre me querían como la niña bonita y arreglada. Por eso, cuando Alejandro me buscó, dije “¡esto es mío!”. Después fue que hablamos de dinero (risas). 
-Sobre esa imagen de “niña bonita”, ¿qué le dejó haber sido miss?
-Lo que pasa es que en lo que me dieron la oportunidad de actuar, corté con todo: con las uñas, el maquillaje, la laca. Mi ideal son las novelas brasileras, que presentan historias no convencionales, en las que no es necesario estar arreglado. Por eso me gusta más el cine, es más fácil de lograr algo así que con las telenovelas.
-¿Qué le diría a la nueva generación de actrices? 
-Que lo tomen en serio. Siento que hay un problema grave con el tema del cuerpo. Es verdad, hay que cuidarse y tenerlo bien porque es nuestro vehículo de expresión, pero no puede estar por encima de tu memoria, de tu preparación, de tu responsabilidad en el set. Por eso me gustan las novelas brasileras. Venezuela debe tomar ese ejemplo. Si seguimos pensando que los dramáticos tienen que ser la niñita y el señor, estamos fritos.
-Su última novela venezolana fue “Amantes Luna llena”, hace 13 años. ¿Cree que el género ha decaído? 
-100%. La situación de confrontación que estamos viviendo los venezolanos ha generado una depresión en la televisión, y por eso tenemos este auge en el cine y el teatro. Tengo esos mismos 13 años presentando mi obra “Una mujer con suerte”. Con mi película “Venezzia”, si bien no fue la más taquillera aquí, ha sido la que más premios internacionales ha ganado. Eso es una muestra de la calidad del cine nacional.
Nada de política
-La directora Mariana Rondón (“Pelo malo”) dijo en el Festival de Toronto que Venezuela es un país adolorido.
-Creo que uno siempre tiene que aprovechar los espacios para llevar un mensaje. Con lo que no estoy de acuerdo es con que se quiera hacer política a través del cine. Yo hago arte para ver y para vender.
-Ha habido críticas al Ejecutivo nacional por un presunto favoritismo a la hora de financiar películas.
-El fondo cinematográfico siempre ha ayudado, sea el gobierno que sea, esa es su función. Pero no se puede comparar el presupuesto que requiere una película con mil extras que una como la nuestra, que se filmó en una casa. Para “Venezzia” recibimos apoyo del Cnac y la Villa del Cine, pero igual obtuvimos recursos privados. Por eso digo que uno puede mandar un mensaje, siempre y cuando no incite más a la intolerancia.

Fuente. http://eltiempo.com.ve

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