La personalidad de un imán. La creatividad desbordada. La energía de
una bomba. Omar Chaparro atrapa todas las miradas en cuanto pone un pie
en EL INFORMADOR. Su paso por la redacción es, en efecto, como el de una
estrella.
Todos quieren la foto. Todos quieren el saludo. Y él se deja querer. No regatea saludos, besos y abrazos. Pero detrás de esta estrella de sonrisa fácil y chispeante, existe un hombre que supo sobreponerse a la adversidad. Que se reconstruyó a partir de las cenizas. Que sabe que para triunfar, en lo que sea, hay que ser apasionado, terco, y un poco loco.
Omar llegó a la Mesa de Redacción de EL INFORMADOR con ganas de hablar de todo. No hubo temas prohibidos ni líneas por dónde ir. Reconoció que desconoce la Reforma Fiscal, que va a gravar con un impuesto los espectáculos, aunque advirtió que "si ya de por sí poca gente va", el incrementar el precio de los boletos a los shows en vivo, en poco va a ayudar.
Se dijo un negado para la política. Lo han tentado hasta para ser diputado, por el PRD, pero "no me interesa. Ya es muy difícil hacer reír a la gente". Reconoce que sí, que le han gritado hasta vendido, por haber tomado en mítines del PAN y del PRI, pero que lo suyo no es llamar a voto. "Voy y doy mis conferencias o mis shows, sí me contratan. Pero nada más". El único compromiso, agrega, está en el escenario.
Fuente: http://www.informador.com.mx
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