lunes, 15 de diciembre de 2014

3 mitos sobre la sexualidad femenina que muchos siguen creyendo

Muchas personas creen que las mujeres tienen a ser menos visuales que los hombres 
Según la reconocida radiodifusora y escritora de temas de sexualidad August McLaughlin, cuando era alumna de primaria la profesora de ciencias describía como un inmenso placer las erecciones usando un dibujo de un hombre y ella se preguntaba: “¿Y qué pasa con las mujeres?”.
Finalmente, en una de esas clases apareció en pantalla una mujer, pero era para enseñar a los alumnos lo que era un tampón, los dolores menstruales, el sangrado y la hinchazón.
“Me parecía injusto que no se explorara jamás el placer sexual que experimenta la mujer. Por eso, en la radio pregunto a los invitados y a los escuchas qué es lo que han aprendido sobre el sexo y, muchas mujeres, me cuentan que no aprendieron nada que no fuera que el sexo es sucio, pecador y propio de las “zorras”.
Una de ellas comentó que dejó de intentar un orgasmo porque siempre que tenía sexo no lo alcanzaba y afirmó que muchas mujeres dicen lo mismo así que ¿para qué intentarlo? “Creo que todos aprendemos acerca del placer sexual a través de la experiencia pero, típicamente, no lo logramos sino hasta que conocemos los mitos que pueden entorpecerlo”, señala.
Añade que las imágenes de sexo mejor establecidas como pornografía de primera suelen sugerir que debemos mirar y actuar de forma irreal para poder lucir sexy, en cambio la pornografía real promociona nociones irreales de ese sexo comúnmente percibido como un hecho.
“Mientras los hombres piensan con su pene, a nosotras nos enseñan que es preferible que simulemos un orgasmo para terminar con el encuentro sexual o que nos excusemos de tenerlo porque ‘nos duele la cabeza’. Cuando tenemos sexo, hay una amplia posibilidad de que no experimentemos un orgasmo”, recalca.
Ella considera que muchos libros, artículos y estadísticas citan a la sexualidad femenina a través de mitos o estudios que están caducos, que se malinterpretan o que exageran ampliamente y, por eso, a continuación se presentan los mitos más comunes como ejemplos.
MITO: El orgasmo elude a la mayoría de las mujeres
“Esa gran ‘O’ pudiera ser considerada como ‘omitida’, para la mayoría de mujeres pues en todo lado se ve o se lee frases que así lo sugieren.
En un reporte muy expandido de una de las cadenas de radio se decía que un estudio sobre sexo establece que el orgasmo femenino elude a la mayoría de mujeres, usando datos de hace un siglo, cuando Sigmund Freud decía cosas como que las féminas han sido mutiladas y deben aprender a aceptar la falta de un pene. ¿Cómo no van a tener ellas que luchar contra la frigidez sexual o la inhabilidad para alcanzar un orgasmo?”, se pregunta la autora.
MITO: El pico de la sexualidad femenina es los 30 años
Esto nace de un pequeño estudio publicado en 1953 cuando hornear el mejor pavo era una de las mayores expectativas femeninas. El investigador Alfred Kinsey determina que las participantes femeninas en sus 30 años de edad tenían más posibilidad de un orgasmo que las mujeres más jóvenes. “No sé cuál sea el caso de cada mujer, pero creo que cuando tenía 20 años de edad era cuando menos confiada me sentía, algo que juega un papel preponderante en el placer sexual femenino. Un reciente estudio sobre la sexualidad de 600 mujeres en edades de 40 a 65 años estableció que aquellas que tienen actitudes positivas frente al sexo, tienen tres veces más posibilidad de mantener una actividad sexual placentera por muchos años, sin tener nada que ver con factores conectados a la baja del libido como la menopausia”, señala McLaughlin.
MITO: Las mujeres son menos “visuales” que los hombres ​
Si los hombres estuvieran “conectados” a la lujuria gracias al busto grande una mujer, la figura de la Barbie no tendría muchos adeptos.
Sin embargo, los hombres adoran la imagen creada por los medios de una mujer más delgada, casi famélica. “Pero nosotras no vemos las cosas de igual manera y no somos menos visuales que ellos. Una reciente investigación de la Universidad de Queens, ha demostrado que mujeres y hombres se sienten igualmente motivados por lo físico y el estímulo visual, pero que las mujeres son más propensas a analizarlo primero antes de reconocerlo”, dice McLaughlin.
En conclusión, no solo que los estudios sobre la sexualidad femenina son limitados y a menudo mal desarrollados, sino que es muy difícil evaluar factores como la excitación porque se requiere de voluntarios o investigaciones que requieren que las mujeres compartan abiertamente, cuando la propia sociedad exige que se mantenga silencio porque sienten mucha vergüenza sobre el tema. “Lo cierto es que de muchas maneras en cuanto a la sexualidad, nuestra cultura tiene todavía mucha tela que cortar”, enfatiza la autora.

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