Lo bueno de vivir en una ciudad como esta es que aunque te despistes, casi siempre puedes encontrar entradas para ver a los mejores artistas que hacen parada aquí. Lo raro es que te puede resultar difícil hallar localidades para ver a bandas como Hombres G. Hay niveles. Y hay abismos.
La abismal diferencia de Melody Gardot, una de las mejores vocalistas de jazz que despuntan en el panorama internacional, quedó constatada ayer durante su concierto en el Auditorio Mar de Vigo. El aforo estaba casi lleno, pero costó lo suyo convencer a los espectadores locales de que iban a ver algo bueno. La norteamericana salió con ganas después de un día de descanso (el domingo clausuró el Jazzaldia de San Sebastián) en el que tuvo tiempo para algo de turismo y de relax por la zona. «Gracias, buenas noches, Vigo», dijo, sobria como su oscura ropa, en un español aportuguesado, tras interpretar Don?t misunderstand.
Acompañada de una gran banda: Charles Staab (batería, voz), Mitchell Long (guitarra, voz), Irwin Hall (saxo), Edwin Livingstone (bajo), Devin Greenwood (teclados), James Casey (saxo barítono), Shareef Clayton (trompeta), la vocalista de voz profunda, que además toca el piano y la guitarra, interpretó una selección de los temas con los que ha conseguido auparse al puesto de diva del jazz, aunque en su repertorio, su estética y su estilo se acerca al blues y al rythm and blues.
Gardot, que también se maneja en francés y portugués, interpretó fundamentalmente temas de su último disco, Currency Of Man, el más urbano de sus cuatro trabajos, en el que volcó historias inspiradas en personajes de las calles de Los Angeles, con temas como Don?t Misunderstand, Same To You, She Don?t Know, Bad news, March for Mingus o Morning sun.
Su actuación, con la que sedujo a un público que se dejó querer por la elegante estrella nacida hace 30 años en Nueva Jersey, estuvo salpicada de momentos brillantes y vibrantes. Interpretó temas comoMorning sun, Baby I?m a fool o It gonna come.
Fue un recital intenso envuelto en un tenue halo de misterio. Melody Gardot lo tuvo que reaprender casi todo en terapias intensivas tras ser atropellada, ahora es ella la que ejerce sobre los demás el poder benéfico de la terapia musical. Ayer dejó buena constancia de ello.
Fuente: http://www.lavozdegalicia.es/
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