El escenario, el ideal, el Teatro Julio Mario Santo Domingo, que no sólo es uno de los mejores del país, además, cuenta con una programación que envidiaría cualquier teatro de América Latina, y dentro de esa programación, dos noches con Santiago Cruz y su banda.
Le sienta bien este lugar a Cruz, quien junto a sus cinco músicos realizó conciertos que superaron las dos horas y media de duración cada uno.
Son pocos los artistas que logran una química de tal magnitud que el auditorio no siente el pasar el tiempo e incluso pide más, aunque en escena Santiago Cruz las interpretara todas.
Ahí está la madurez del artista, el compromiso del cantautor que en los momentos más difíciles de su carrera no bajo la guardia y que ahora, con el aval del público, el tesoro que todo artista desea obtener, se mantiene firme y entregándolo todo, no sólo arriba del escenario, también al momento de pasar hasta seis horas firmando autógrafos y tomándose fotos con sus seguidoras, como ya lo ha hecho.
Un recital con distintos momentos, con una banda sólida que contó con la participación de varios invitados especiales como la cubana Diana Fuentes, así como un espacio para los sonidos acústicos, en un sofá y a la luz de las velas.
Cuando una canción es desnudada en escena, interpretada a piano, o guitarra y voz, surge aún más de lo usual la letra y su contenido, como lo hizo con temas como “No es necesidad” y “Mil batallas”.
La conexión con el público llegó a tal punto que Santiago Cruz se dio el lujo de dejar a los asistentes cantar toda una canción, en un coro que hizo vibrar a todo el Teatro Mayor.
Fuente: http://www.elnuevodia.com.co/
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