Usar un vibrador: Me acabo de enterar que hay muchas mujeres que todavía no tienen uno. ¿Por qué? El vibrador es el único juguete sexual que vale la pena comprar, y es que no sólo puedes usarlo a solas, sino que también con tu pareja. Te lo aseguro: será un salvavidas, tu mejor amigo, y te enseñará muchas cosas.
Bondage: Si me leen, saben que me encanta el bondage. No puedes llegar a los 30 sin haberlo intentado al menos una vez. Y no te pongas niña con las vendas, átalo como si tu vida dependiera de ello. No decores sus muñecas con una corbata, átalo varias veces (con cuidado) y ponte a trabajar. También véndalo, créeme, ambos lo disfrutarán más.
Sexo en un auto: Si te soy sincera, el sexo en el auto no es lo mejor del mundo, pero tienes que hacerlo… ¿si no cómo vas a decir que no te gusta? La clave está en ir al lugar correcto, con el auto correcto y la posición adecuada. Reclina ese asiento, ponte cómoda ¡y a pasear (en él, no en el auto)!
Literatura erótica: Puedes empezar con 50 sombras de Grey y Silvia Day, de ahí te recomiendo pasearte por los libros de Laurann Dohnner. Mira, para los hombres hay porno, para una mujer existe la literatura erótica. Y si nunca lo has intentado ¡no has vivido! Es particularmente satisfactorio terminar un libro erótico en una noche y luego soñar al respecto.
Sexo en la ducha: Esto puede ser peligroso y resbaladizo, así que debes ser cuidadosa en todos los aspectos. Primero que nada, necesitas un método anticonceptivo que no sea de látex, la posición correcta, y el jabón lejos de ustedes. No te voy a mentir: será raro e incómodo la primera vez, pero para eso tienen que experimentar.
Poker o Monopoly de prendas: De alguna forma tienen que quitarse esa pena y mostrarse desnudos. Si es necesario un juego de mesa para lograrlo, adelante. Yo recomiendo el poker, pero si tienen tiempo (y hace calor), el Monopoly también es una opción.
Lencería: Un día de estos, consiente a tu pareja (y a ti misma) con unas mallas de red, un liguero y un babydoll. Yo sé que es costoso, pero te juro que vale la pena. La lencería misma te elevará el autoestima, y esa noche disfrutarás del sexo como nunca lo has hecho.
Fuente: http://us.emedemujer.com/
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