La hija de la diseñadora Carolina Herrera y el diestro anunciaron su separación hace apenas dos meses. Lo hicieron tras trece años de casados y tres hijos en común: Atalanta, Miguel y Olympia. Una discreta ruptura que comenzó como un cese temporal, para reflexionar sobre su matrimonio; todo empezó con un verano en destinos separados. Sin embargo, tras acabar la temporada estival y la vuelta a la rutina, pero que (por ahora) la ruptura será definitiva.
Pero ella sigue con su vida. De hecho, hace unos días se vio a Carolina Adriana Herrera compartiendo una tarde de risas y confidencias con tres amigas en la capital. En su paseo, demostró por qué es una de las mujeres más elegantes del mundo. Eso sí, de cara a los medios, la empresaria continúa con su habitual discreción a la hora de hablar sobre su estado sentimental.
Madrid es su refugio, pues ahí reside y trabaja. Y es que su cargo en el negocio familiar -el imperio Carolina Herrera- lo maneja desde la capital. Eso sí, su puesto como responsable del área de perfumes de la firma de su madre conlleva constantes viajes entre Estados Unidos y España. Muchos apuntaron que este continuo ir y venir entre los dos países podría haber sido el detonante en su separación.
Una separación cordial
Pero esta distancia nunca fue un problema para la pareja; de hecho, ella misma confesaba que “El Litri” siempre apoyaba su trabajo. Las obligaciones laborales nunca se interpusieron entre ellos.
La ruptura de la pareja, que sorprendió a propios y extraños, tuvo otros motivos; razones, por cierto, desconocidas. Sin embargo, ellos intentan mantener una buena relación. Los pequeños Atalanta, Miguel y Olympia seguro que agradecen el que sus padres se lleven bien.
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