Las imágenes inundan las canciones de Dorian. Los suscriptores de EL PAÍS entendieron el porqué en un encuentro exclusivo con el grupo, en el Club Changó, dentro del programa EL PAÍS +. Arancha Moreno, periodista que condujo el evento, lo hizo notar: “Hablas con imágenes”, le dijo a Marc, líder del grupo que estuvo acompañado de Belly y Lisandro, después de que este explicara que “las canciones siempre salen de un chispazo” que se produce cuando "el vaso rebosa, lleno de experiencias, emociones y sentimientos”.
El grupo, que este año ha publicado el disco Justicia Universal, relató cómo construyen sus álbumes de forma casi “obsesiva maníaca”, sobre todo, cuanto más se acerca la fecha de conclusión. “Seis o siete meses antes ya solo vives para el disco”, contó Marc, que reconoció que puede dedicar días o incluso meses a rematar una canción. Lisandro recordó que era muy importante llenarse en los meses previos de experiencias, estar cerca de la gente, para no “acomodarse”, pues eso repercute en el resultado de las canciones. El guitarrista describió cómo al principio trabajan a distancia, ayudándose principalmente del móvil, desde donde se envían audios y pistas que van cincelando por separado para después terminar en el estudio. “A veces tener tantas herramientas puede ser un problema”, apuntaron graciosos los tres, pues se les acumulan las ideas.
Dorian nació hace más de 10 años de un encuentro nocturno en Barcelona, como lo recordó Belly. Durante cinco años “horrorosos” para Marc, los rechazó una veintena de discográficas. “Pero algo nos dijo que no íbamos mal”, apuntó el cantante. Lo notaron porque les empezó a llegar “un eco” del público tras su canción Te echamos de menos, que compusieron después del fallecimiento de una persona cercana. Más tarde llegaría el tema A cualquier otra parte, que tocaron en el encuentro, y que “se les fue de las manos” al convertirse en viral. “Nos permitió dar el salto a la profesionalidad”, señaló Marc.
Después de aquel éxito ya tenían un público configurado y, por tanto, el miedo a defraudar. Aparcaron a un lado esa presión y se pusieron "a jugar". Los chicos de Dorian defienden el arte como un divertimento en el que hay que "tirar los dados" y seguir el instinto. De la misma manera, han elegido seguir trabajando con sellos independientes a pesar de haber recibido la llamada de dos grandes discográficas. "Es la forma más cómoda y honesta que hemos encontrado para trabajar", sostuvo Belly.
Así, con sellos independientes, es como hace 10 años llegaron a México, país que consideran su segunda casa e incluso, a veces, la primera. En aquel momento explosionaban artistas como Natalia Lafourcade o el grupo Zoé, con el que han girado y colaborado. De ahí saltaron a Colombia y Chile, entre otros. Ahora han dado el paso también a EE UU, donde han descubierto una demanda de música en español que los ha conmovido, y al "hermético" mercado francés.
Este 2018 han dado más de 40 conciertos. Estaban girando incluso antes de publicar Justicia Universal, lo que les sirvió para testar los temas del que consideran su disco más “redondo”. Se sienten "más on fire que nunca" y su público se lo ha confirmado en salas, festivales y grandes escenarios. Tres de esos conciertos fueron en noches consecutivas en la sala Riviera de Madrid. Marc acabó llorando uno de los días ante un público eufórico: “Acumulas muchos sentimientos al cabo de dos horas y Madrid siempre es mágico”. El grupo todavía tiene un par de semanas para disfrutar de lo que Belly calificó como “un año de escándalo”.
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