Parece que, a falta de actos oficiales, los diarios británicos están ávidos de noticias de Meghan Markle y han desvelado este jueves una nueva discrepancia que existe entre la reina Isabel y la duquesa de Sussex, y que vendría dándose incluso desde antes de su matrimonio con el príncipe Harry, en mayo del año pasado. Y el objeto de la controversia son las joyas de la Colección Real, a las que la exactriz tendría vetado el acceso, mientras que Kate Middleton sí las habría lucido en numerosas ocasiones, algo que Harry se ha tomado como un desprecio a su mujer con el consiguiente disgusto.
Por Vanitatis
Al parecer, todo empezó cuando la ahora duquesa de Sussex puso sus ojos en una tiara con una esmeralda incrustada, un deseo que no se le pudo cumplir porque no se sabía el origen exacto de la diadema. Según desvela la prensa, a la reina no le gustó nada “el comportamiento exigente de Meghan”, secundado por Harry, que llegó a decir al personal de palacio: “Lo que quiere Meghan lo consigue”. Esto llevó a su abuela a tomar cartas en el asunto y acotar a la recién llegada el acceso al joyero real, unas reglas estrictas introducidas para “mantener el orden, la jerarquía y la prioridad” dentro de la familia real.
Uno de los momentos álgidos de esta polémica y en el que muchos vieron la clara distancia entre ambas nietas a ojos de la reina Isabel tuvo lugar en octubre de 2018. Los duques de Sussex se encontraban de gira por Oceaníay una de sus paradas eran las Islas Fiji. En la cena de gala con el gobernador, Meghan sorprendió por su sencilla apariencia, sin ninguna joya familiar. Y es que, según ha recogido la prensa británica de fuentes de palacio, fue una sugerencia del príncipe Carlos para no parecer ostentosa. Pero esa misma noche, Kate Middleton aparecía en Buckingham con algunas de las piezas más exclusivas de la colección familiar, para la cena de gala con los reyes Guillermo y Máxima de Holanda, que se encontraban de visita en Reino Unido.
Aunque a priori el gesto del príncipe de Gales era amable y mirando por la imagen de la familia, la polémica y comparaciones entre ambas nueras no tardaron en llegar, con el consiguiente disgusto de Harry, que desde entonces ha visto un constante agravio comparativo en el que su mujer resulta, a su parecer, muy perjudicada. Una situación que nunca se ha hecho evidente, ya que, en sus apariciones públicas, tanto la reina Isabel como el príncipe Carlos han tenido una actitud igual de impecable con las dos.
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