“Mi primer trabajo fue a los 12 años”, dice Tamara Kreimer, la saxofonista argentina que acompaña al cantautor Ricardo Montaner. “La música es parte esencial de mi vida”, reconoce, entrevistada por El Diario.
Tamara, que con su belleza y técnica musical cautivó al público que asistió al concierto que Ricardo Montaner dio el pasado 20 de noviembre en el centro de eventos “La Esperanza”, comentó que pronto piensa lanzar al mercado su primer disco, lo que significa para ella un nuevo desafío.
Tamara dice que cada canción de su producción discográfica es de ella.
Esta intérprete del saxofón señala que espera traer a promocionar a Ecuador su música, y que sea del agrado del público.
Tamara Kreimer se presentará mañana por las fiestas de fundación de Quito, acompañando al cantante venezolano. El cantautor y su banda, de la cual es parte Tamara, actuarán en el Festival Surrumba, a efectuarse en la Plaza de Quitumbe, que se encuentra al sur de la capital ecuatoriana. En ese espectáculo también cantará el puertorriqueño Elvis Crespo. La cita musical es organizada por la Municipalidad de Quito y empezará a las 19h00.
¿Qué significa la música en su vida?
La música es parte esencial de mi vida. Para mí la música es el más perfecto de todos los lenguajes. Es el lenguaje universal capaz de unir a todos los pueblos del mundo, con su personalidad, estilos diferentes, matices, fuerza, emoción, la música nos conecta a todos.
¿Por qué escoger al saxofón, entre tantos instrumentos?
Mi elección por el saxo es casi innata, creo que las pasiones pueden transmitirse en los genes, porque así fue en mi caso. Mi padre es un gran saxofonista, y desde que nací había en mí una atracción total hacia ese sonido. Antes de aprender a hablar ya me sentaba en las piernas de mi padre e intentaba sacarle sonido a su saxo con todo mi esfuerzo, luego se transformó en un juego, más tarde en estudio, ¡y así terminó siendo mi medio de vida!
¿Qué significa tocar este instrumento, qué le transmite?
Es un instrumento muy parecido a la voz, cada persona tiene su propia voz, al igual que cada saxofonista tiene su propio sonido. Mi principal búsqueda es transmitir lo que siento tratando de hacer cantar al saxo como lo haría con mi voz.
¿Cómo fueron sus inicios en la música, alguna historia o anécdota que tenga en especial?
Mi primer trabajo fue a los 12 años, fue muy emocionante porque fue en una obra de teatro que se llamaba “De tal palo, tal astilla”, donde justamente éramos mi papá y yo contando la historia y lo que significa que un hijo siga los pasos de su padre, con los conflictos y diferencias que esto implica, los enfoques musicales de las distintas generaciones, pero al fin y al cabo la pasión, el orgullo y la admiración son los mismos.
¿En qué escenarios se ha presentado?
Tuve la suerte de viajar y conocer los más hermosos escenarios de casi todos los países de América. Me emocioné mucho cuando de la mano de Montaner estuvimos en el Madison Square Garden (Nueva York, EE.UU.). Tenía que pellizcarme para darme cuenta que era real lo que estaba viviendo y no un sueño.
¿Cuándo empezó a tocar con Ricardo Montaner?
Comencé a tocar con Montaner en el año 2010. Fue muy loco, porque nos conocimos de pura casualidad. Yo estaba brindando mi show en un hotel muy importante de Buenos Aires, y justo él estaba allí hospedado, y me escuchó. Cuando terminé mi show se acercó a mí y me dijo: “Quiero que me acompañes”. Ahí arrancó esta experiencia de trabajar a su lado, por lo cual estoy eternamente agradecida.
Ya sobre Ecuador, ¿qué le ha parecido estar aquí, cuál es su impresión del público?
Me encanta estar en Ecuador, el público es súper efusivo, muy cálido,
y nos ha llenado de satisfacción en cada show.
Tras su paso por Ecuador ¿qué recuerdos tiene del país?
Tengo los mejores recuerdos de Ecuador, el cariño de la gente, sus deliciosas comidas, sus paisajes, y me encantó conocer la Mitad del Mundo en Quito, y empaparme de la historia, la cultura y geografía de tan hermoso lugar.
¿Cuál es la canción que más le gusta interpretar y por qué?
Es difícil elegir una canción, todas son hermosas, y depende el día o el estado uno se identifica con diferentes temas.
Me encanta en el show con Montaner interpretar “Bésame”, porque se genera un diálogo musical que disfruto mucho.
Fuente: http://www.eldiario.ec/
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