En un nuevo documental, Asif Kapadia, el director de Senna, le busca sentido a la muerte de la cantante
Hace unos dos años el documentalista Asif Kapadia comenzó a entrevistar a amigos, colaboradores y miembros de la familia de Amy Winehouse. Como ella había muerto hacía menos de dos años y las emociones todavía estaban a flor de piel, Kapadia dejó a un lado su cámara y usó un grabador de audio para que todos se sintieran más cómodos. "Se convirtió un poco como en una terapia", dice. "Y hablaron de cosas que no habían hablado nunca."
La película de Kapadia, Amy -que se estrenó en Cannes, en mayo- cuenta la historia de la cantante. Kapadia usa material de archivo inédito y más de 100 entrevistas. Este cineasta británico conocido por Senna dice que sabía poco sobre Winehouse. "Lo que aprendí fue cuán creativa, inteligente y divertida era como ser humano", explica.
Mientras se ganaba la confianza del entorno de Winehouse -incluidos su mejor amigo, su mánager y Blake Fielder-Civil, su ex marido-, le empezaron a entregar fotos raras y videoclips que conforman gran parte de la película. Las primeras escenas, como una Winehouse adolescente cantando el "Feliz cumpleaños" a grito pelado, revelan el talento natural de la cantante, mientras que la segunda mitad de la película documenta sus problemas con las drogas. Menos conocida para el público es su lucha contra la bulimia, que jugó un papel en su muerte debido al debilitamiento de su corazón. "Podía estar comiendo y comiendo, pero no incorporaba nada a su masa corporal", dice Kapadia.
La película muestra enjambres de paparazzi acechando a la cantante dondequiera que fuese, incluso cuando intentaba entrar en rehabilitación y arreglar su vida. "A través de la prensa amarilla, su vida se convirtió en una broma, y ella era un alma sensible", dice el director.
El padre de Amy, Mitch Winehouse, un taxista londinense que comenzó a lanzar su propia música después de que Amy despegara, le dio a Kapadia extensas entrevistas, y se ve en gran parte del material de archivo (en un momento dado, incluso llegó a visitar a su hija en unas vacaciones en el Caribe, a pesar de que ella no tenía ni idea de que él llegaría escoltado por un equipo de filmación). El retrato general es el de un padre que también estaba interesado en maximizar el potencial de ingresos de su hija. Mitch se molestó con el corte final de la película: "Están tratando de retratarme de la peor forma posible", dijo al diario The Guardian. (Mitch Winehouse se negó a hablar con Rolling Stone para esta nota.)
El padre de Winehouse objetó una escena en la que se lo muestra sugiriéndole a su hija que no necesitaba rehabilitación; dijo que sólo intentó decir que ella no la necesitaba en 2005 y que más tarde sí apoyó la idea. Kapadia defiende su retrato. "Estamos contando la historia en el presente", dice. "En ese momento, eso fue lo que pasó."
Las escenas finales, en las que una Winehouse enferma es apenas capaz de cantar en el escenario, pueden ser difíciles de ver, como también lo es el momento en que las autoridades emergen de su apartamento de Londres con el cadáver. "Parte de la intención del final es preguntar: '¿Cómo dejamos que esto sucediera?'", dice Kapadia. "¿Cómo dejamos que esto continuara, y nadie se metió para detenerlo?"
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