No hay dudas de que Taylor Swift no sólo es una de las mayores figuras del pop actual, sino también una de sus mayores bellezas: Tan alta y esbelta, tan fina en sus rasgos y delicada en su estampa.
Y por si fuera poco, es la reina de cuanta premiación existe, la que vende más discos en una era en que ya nadie vende nada, y la que deja a los demás con las manos vacías en todas las premiaciones. Una verdadera diva sub 25.
Pero gozar de esa posición dentro de la industria del espectáculo no la hace menos humana. La mujer tiene ciertas necesidades, como todos... Incluida la de liberar ciertos gases.
Y eso es lo que habría ocurrido durante la transmisión de la alfombra roja de la última edición de los MTV Video Music Awards, cuando una muy entusiasmada Taylor tomó el micrófono para presentar su último videoclip, "Wildest Dreams". El problema es que en ese momento se escuchó algo más que su anuncio, ya que por la entrada de audio se filtró un sonido que, a primera impresión, claramente era un gas.
El sonido se escuchó en primer plano, justo cuando Swift cambiaba de posición para dar mayor énfasis al nombre del video que se vería en pantalla. Y aunque la veinteañera intentó ignorarlo, las caras de quienes estaban a sus espaldas —la actriz Hailee Steinfeld y la modelo Karlie Kloss, entre otras— dieron clara cuenta a la audiencia de que sí había pasado algo extraño.
Como era de esperar, esto abrió un debate en el interior de los programas de farándula estadounidenes, que transformaron el gas de Taylor en un "tema país". La pregunta que ancla los debates es, ¿fue o no fue lo que creemos que fue?
La interrogante alcanzó tal magnitud, que MTV optó por emitir un comunicado a la prensa estadounidense, en el que aclara que el sonido lo produjo un micrófono en mal estado. El canal informó, además, que "no hay ninguna posibilidad" de que se pudiera captar un audio proveniente de un trasero a través de un micrófono de mano por el que alguien habla. No al menos con esa intensidad.
La respuesta de MTV ha sido considerada por la prensa como "políticamente correcta", pero falsa.
Fuente: http://www.el-nacional.com/
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