"Quiero agradecer a mis productores porque no querían hacer una película con fines comerciales, sino contar una historia. Gracias a Dios que este tipo de cine se está haciendo", expresó el cineasta polaco Paweł Pawlikowski, al recibir la estatuilla a la Mejor Película de los Premios de Cine Europeo, que se entregaron este sábado en la ciudad de Sevilla, en España.
El filme en cuestión es Cold war, basado en la historia de sus propios padres, a través de la cual habla de un amor imposible, porque la ideología y los conflictos sociopolíticos están por encima. Una pareja que salta de la Polonia comunista a la Francia capitalista, y donde ningún escenario es el ideal para su amor. Ésta fue la máxima ganadora de esta edición: Dirección, Montaje, Guion y Mejor Actriz para Joanna Kulig. Sólo perdió el de Mejor Actor, que fue para Marcello Fonte de Dogman.
“Cold war es una historia de amor, pero en su desarrollo no se ve así. Creo que los humanos sienten el amor como lo han cantado los trovadores desde siempre, el amor secular se sustituyó por la idea del amor divino, y lo esperamos como algo absoluto. La gente siempre trata de elevarlo aunque al final descubre que no es así, que siempre está lleno de problemas internos y externos, problemas de carácter porque la gente cambia con el tiempo, la gente cambia por distintas cuestiones: el exilio te cambia, como lo muestra en la película”, explicó el cineasta a Crónica, en su más reciente visita al país, en el marco del Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM).
El filme nos lleva a Polonia en los años 50. En un país marcado por las heridas sufridas en la II Guerra Mundial, las nuevas autoridades comunistas promocionan la creación de un grupo de músicos que, a través del folklore local, intentarán llevar algo de alegría a los camaradas polacos, y de paso transmitir mensajes de alabanza sobre el Camarada Stalin. Wiktor (Tomasz Kot) es un pianista que forma parte de este grupo coral. Será entonces cuando Wiktor se enamore de Zula (Joana Kulig) y juntos vivan un bello romance, que irá yendo y viniendo a lo largo de más de una década, entre Oriente y Occidente, donde suena el jazz y empieza a reinar el rock’n’roll.
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