El próximo 16 de octubre se pone a la venta "Electronica 1: The Time Machine" (Sony Music), primera parte de dos (la segunda verá la luz en 2016).
Muy pocos podrían haber logrado lo que Jean Michel Jarre en su nuevo álbum, condensar las cuatro décadas transcurridas desde que lanzara "Oxygène" (1976) y sentara las bases de la música electrónica, trazando colaboraciones con artistas capitales que tomaron su testigo y lo llevaron en todas direcciones.
"No hice el álbum con la idea de recrear una historia o sentar una declaración en torno a la electrónica. Para ella ya no hay límites. Siempre he estado convencido de que es mucho más amplia que otros estilos como el rock, el punk o el hip hop. Es una nueva forma de componer y de distribuir música", ha afirmado hoy en una entrevista con Efe celebrada en Madrid.
El próximo 16 de octubre se pone a la venta "Electronica 1: The Time Machine" (Sony Music), primera parte de dos (la segunda verá la luz en 2016), en la que se ha rodeado de nombres como Vince Clarke, Moby, Air, 3D de Massive Attack, Little Boots, Tangerine Dream, Pete Townshend, Laurie Anderson y M83.
"Había muy pocas posibilidades de ver a este volumen de artistas, tan diferentes, en un mismo álbum", presume Jarre, que explica que "el reto era congregar a gente de muy diversos estilos, pero todos conectados por su pasión por la música electrónica y una aproximación orgánica" a la misma.
Del resultado dice que "es sobre todo un viaje de iniciación musical" en el que, "por primera vez" en su historia, no tiene preferencias en las pistas. "Todas son especiales", asegura Jarre (Lyon, 1948), autor de álbumes emblemáticos como "Équinoxe" (1978) y "Magnetic Fields" (1981).
La lista de invitados de "Electronic I" abruma y falta la mitad. En total ha habido una treintena de colaboraciones, más de dos horas de música y cuatro años de trabajo.
La razón principal de este proceso tan dilatado reside en el proceso escogido. Escribió música pensando de forma específica en cada uno de los colaboradores, pero no se conformó con enviarles el archivo, sino que viajó de un lado a otro en pos de "una conexión auténtica".
"En el estudio se suele estar solo. Nos conectamos con el mundo a través de internet, pero es normal sentir a veces cierta soledad. El estudio de un creador de música electrónica es como el taller de un pintor", destaca Jarre, que quiso entrar en esos mundos personales de sus compañeros de profesión y compartir secretos.
Según afirma, todos los artistas con los que quiso trabajar le respondieron afirmativamente. "Después de 30 colaboradores, tenía que parar. Los críticos ya me dicen que soy el creador del 'álbum interminable'", argumenta al preguntarle por nombres que se echan de menos, por ejemplo el de The Chemical Brothers ("demasiados nombres de los años 90", se excusa).
Entre los grandes DJ hallamos a Armin Van Buuren ("mucha gente de la escena 'trance' me considera algo así como un "gran hermano", apunta), pero no a su compatriota, el francés David Guetta.
"Podríamos pasarnos el día hablando de los muchos artistas que no figuran. Me gusta Guetta, es un tipo muy agradable, pero creo que hace algo que está más cerca del EDM (Electronic Music Dance) y el pop, lo cual no casaba exactamente con la línea del álbum. Armin Van Buuren, que también ha hecho EDM, me parecía más apropiado en términos de estilo", defiende.
Sorprende la presencia de Lang Lang, que se estrena por primera vez en una grabación con un piano digital. "Me ayudaba a escenificar mi relación especial con China. Además, es como un extraterrestre en cuanto pianista, porque siempre ha estado muy interesado en explorar las posibilidades de su instrumento, en qué produce el sonido y en las relaciones del ser humano con sus emociones", justifica.
Para presentarlo, ya planea un tour mundial que llegará a Latinoamérica y que podría comenzar en septiembre de 2016, después de una ronda previa por festivales a partir de mayo que previsiblemente le haría venir a España. ¿Le veremos como gran estrella del próximo Sónar?
"No hice el álbum con la idea de recrear una historia o sentar una declaración en torno a la electrónica. Para ella ya no hay límites. Siempre he estado convencido de que es mucho más amplia que otros estilos como el rock, el punk o el hip hop. Es una nueva forma de componer y de distribuir música", ha afirmado hoy en una entrevista con Efe celebrada en Madrid.
El próximo 16 de octubre se pone a la venta "Electronica 1: The Time Machine" (Sony Music), primera parte de dos (la segunda verá la luz en 2016), en la que se ha rodeado de nombres como Vince Clarke, Moby, Air, 3D de Massive Attack, Little Boots, Tangerine Dream, Pete Townshend, Laurie Anderson y M83.
"Había muy pocas posibilidades de ver a este volumen de artistas, tan diferentes, en un mismo álbum", presume Jarre, que explica que "el reto era congregar a gente de muy diversos estilos, pero todos conectados por su pasión por la música electrónica y una aproximación orgánica" a la misma.
Del resultado dice que "es sobre todo un viaje de iniciación musical" en el que, "por primera vez" en su historia, no tiene preferencias en las pistas. "Todas son especiales", asegura Jarre (Lyon, 1948), autor de álbumes emblemáticos como "Équinoxe" (1978) y "Magnetic Fields" (1981).
La lista de invitados de "Electronic I" abruma y falta la mitad. En total ha habido una treintena de colaboraciones, más de dos horas de música y cuatro años de trabajo.
La razón principal de este proceso tan dilatado reside en el proceso escogido. Escribió música pensando de forma específica en cada uno de los colaboradores, pero no se conformó con enviarles el archivo, sino que viajó de un lado a otro en pos de "una conexión auténtica".
"En el estudio se suele estar solo. Nos conectamos con el mundo a través de internet, pero es normal sentir a veces cierta soledad. El estudio de un creador de música electrónica es como el taller de un pintor", destaca Jarre, que quiso entrar en esos mundos personales de sus compañeros de profesión y compartir secretos.
Según afirma, todos los artistas con los que quiso trabajar le respondieron afirmativamente. "Después de 30 colaboradores, tenía que parar. Los críticos ya me dicen que soy el creador del 'álbum interminable'", argumenta al preguntarle por nombres que se echan de menos, por ejemplo el de The Chemical Brothers ("demasiados nombres de los años 90", se excusa).
Entre los grandes DJ hallamos a Armin Van Buuren ("mucha gente de la escena 'trance' me considera algo así como un "gran hermano", apunta), pero no a su compatriota, el francés David Guetta.
"Podríamos pasarnos el día hablando de los muchos artistas que no figuran. Me gusta Guetta, es un tipo muy agradable, pero creo que hace algo que está más cerca del EDM (Electronic Music Dance) y el pop, lo cual no casaba exactamente con la línea del álbum. Armin Van Buuren, que también ha hecho EDM, me parecía más apropiado en términos de estilo", defiende.
Sorprende la presencia de Lang Lang, que se estrena por primera vez en una grabación con un piano digital. "Me ayudaba a escenificar mi relación especial con China. Además, es como un extraterrestre en cuanto pianista, porque siempre ha estado muy interesado en explorar las posibilidades de su instrumento, en qué produce el sonido y en las relaciones del ser humano con sus emociones", justifica.
Para presentarlo, ya planea un tour mundial que llegará a Latinoamérica y que podría comenzar en septiembre de 2016, después de una ronda previa por festivales a partir de mayo que previsiblemente le haría venir a España. ¿Le veremos como gran estrella del próximo Sónar?
Fuente: http://www.eluniversal.com/
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