jueves, 15 de octubre de 2015

Kany García:“Cuando conduzco soy libre”

En el marco de ser la nueva imagen de la Ford Explorer 2016, la cantautora conversó con Tacómetro sobre sus experiencias al conducir y su preocupación sobre el uso del celular al manejar

A Kany García la hemos visto con una guitarra, un micrófono y hasta con Premios Grammy en las manos. Sin embargo, ¿cómo es la cantautora cuándo va al volante de su vehículo? Aquí algunas pistas que la artista compartió con Tacómetro en el marco de ser la nueva imagen de la Ford Explorer 2016.

Llegas como la nueva imagen de la Ford Explorer. ¿Cómo se compagina tu carrera artística con un auto, en este caso, una guagua?  
—Cuando hablamos de la carrera de un músico, sabemos que siempre estamos en la búsqueda de vehículos que tengan espacio, que tengan comodidad de poder poner una guitarra y amplificadores. En Puerto Rico, uno como músico tiene que estar tocando en tantos lados, donde a veces puedes ir por autopistas y en otras ocasiones por carreteras rurales. Al hablar de vehículos, no es difícil ver la alianza con la Ford Explorer, a diferencia de un vehículo deportivo o pequeño, que podrían no tener esas oportunidades.

Tu primer carro fue un Toyota Echo, en el que tuviste un accidente mientras estabas en Objetivo Fama I. ¿Cuánto tiempo tuviste ese carro?  
—Ese carro fácil lo tuve como cuatro años. Lo tuve como desde los 18 años. Fue mi primer carro como universitario que busca un carro económico que puedas pagar con poco esfuerzo. Fue también mi primera responsabilidad como adulto de tener que pagar algo todos los meses.

Si pudieras ver en un monitor los caminos que recorriste con ese primer carro, ¿qué imágenes verías?
—¡Ea diache! De todo. Recuerdo que tenía amistades que vivían en Cidra e iba para allá en ese carro. A mí me gusta mucho guiar y me encanta el campo. Por eso, yo decía: “Dios mío, me voy a tener que conseguir una guagua”, porque siempre tenía amistades que vivían lejos. Siempre en pueblos, como Cayey y Ciales. También mi familia es de Morovis y era un lugar que recorría mucho.

¿Qué carro tuviste después?
—Luego del accidente, quería tener una guagua, pero seguía siendo universitaria. Así que quería una guagua a la que pudiera aspirar a ella como universitaria. Adquirí una Outlander de Mitsubishi. Con esa guagua fue la que firmé un contrato discográfico. Con esa duré tres años.

Hay quienes piensan que los carros son solo cosa de hombres. ¿Cómo crees que se puede romper con ese discurso?
—Creo que hay autos para todos. En mi caso, soy una mujer que ha intentado ser práctica, y, cuando hablo de eso, me refiero a tener un carro que responda a mis necesidades. La imagen de los hombres que nos dan es que buscan un carro por la fuerza. Pero creo que también hay un movimiento bien fuerte de mujeres que tienen carros que responden a esas necesidades. Siento que esa imagen de que el hombre es el único interesado en los carros no es real. Hoy en día vemos a más mujeres en distintos tipos de carros.

Se dice que los puertorriqueños conducen sin cuidado. ¿Crees que es un problema individual o que el Gobierno no ha regulado bien las leyes de tránsito?
—Cuando se habla de problemas, uno siempre debe mirarse a uno. Así que hablar del Gobierno sin antes hablar de nosotros es difícil. Te lo dice alguien que pasa la mitad del tiempo en Estados Unidos y la mitad en Puerto Rico. Cuando empecé a vivir fuera, me di cuenta de que tenía que hacer ciertos cambios al conducir. Cuando regreso a Puerto Rico con esa mentalidad en mi Ford Explorer, tuve que volver a cambiar el chip. No creo que tenga que ver con el Gobierno, sino con nosotros y cómo nos hemos acostumbrado a, como decimos los boricuas, a guiar a la cañona y hacer cortes de pastelillo…

Si pudieras escribir una canción de prevención al conducir, ¿qué mensajes incluirías?
—Creo que algo de lo que me preocupa ahora mismo es lo que tiene que ver con los celulares. Lo digo por experiencia. Soy muy tecnológica y estoy pendiente de mis redes sociales, y a veces la presión que existe de los fanáticos de que uno suba fotos constantemente nos obliga a estar todo el tiempo con el celular. Uno de los problemas que estamos viendo es que no nos podemos desconectar ni por un segundo.

¿Cuáles son los tres objetos que no pueden faltar en tu vehículo?
—El celular, para poner música, porque me encanta para conducir. Creo que la música le cambia a uno el estado de ánimo por completo. Una botella de agua, porque me encanta. Soy de las que compran agua en la luz. Y otra cosa, que, aunque los celulares lo tienen, es el GPS, para no perderme y poder llegar.

¿Cómo terminarías la frase “Cuando conduzco soy…”?
—Cuando conduzco soy libre, porque eso sucede. Uno se monta en la carretera y tiene esa visión de poder ir adonde uno quiere con un vehículo que responda a eso, como la Ford Explorer. Si alguien me dice: “Vámonos para Jayuya a la piedra escrita”, voy a saber que tengo una guagua que responde a eso. Libertad, eso es lo que busco al manejar y tener un carro que la proporcione.
Fuente:http://www.metro.pr/

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