martes, 28 de mayo de 2019

"La señora Imber" desvela a medias a "la intransigente"


Julie Restifo entrega su alma a un texto que, sin embargo, no llega a profundidades
Sofía Ímber hablaba bajito. Su tono de voz era tan agudo que a veces costaba entenderla. Pero cuando alguna de sus frases era completamente captada, lo dicho por ella tenía la fuerza, el poder, de una sentencia inapelable. De verdad irrefutable. Así, la curiosidad hacia un personaje como la fundadora del Museo de Arte Contemporáneo de Caracas siempre apunta, en mi caso por lo menos, a escudriñar en los pensamientos más generales, pero más profundos de esta mujer de la modernidad.
 
Poco de eso se sintió en la obra La señora Ímber, que Javier Vidal dirige a partir de la biografía escrita por el periodista Diego Arroyo Gil, a quien se agradece el rescate minucioso y memorioso de héroes civiles venezolanos, ante tanta exacerbación militarista. No obstante, como pieza teatral, la obra adaptada a la escena por el propio Vidal pone a competir los rigores de una biografía con el sentir de este personaje anclado en la cultura venezolana. ¿Qué es el arte para Sofía Ímber?, ¿qué son para ella los hombres?, ¿qué es el amor?, ¿qué son los hijos?, ¿qué la muerte?, son preguntas que quedan en suspenso en su traducción al lenguaje teatral. 

Julie Restifo, en la piel de Ímber, vuelve a demostrar la inteligencia y el respeto con el que asume la encarnación de personalidades tan complejas como Sofía. Es dura cuando debe serlo, fría cuando una reflexión lo exige y vulnerable en los momentos más difíciles de la mujer que desde el MACCSI, desde el periodismo impreso, la radio y la televisión impuso un estilo y una manera de acercarse a la realidad absolutamente personales.

Las imágenes en video, una música que poco aporta a la progresión dramática de la pieza y la presencia casi innecesaria del actor Leo Aldana, encargado de interpretar a Guillermo Meneses, Carlos Rangel y el autor del libro que motivó la pieza, son elementos que arropan la posibilidad de que el pensamiento de Sofía Ímber llegue al patio de butacas. La literalidad es para las bibliotecas. 

A favor de La señora Ímber cabe destacar el conmovedor instante en que Sofía se enfrenta al suicidio de Rangel y el interés de ésta por el psicoanálisis. También a favor, hay que decirlo, está el hecho de que solamente el mismo jueves en que se realizó el ensayo general y el estreno de la obra, los productores de Jota Creativa, Vidal, Restifo y Aldana tuvieron acceso a la sala del Centro Cultural Chacao. Todo un despropósito que las autoridades de esa institución deberían corregir. 

Tras finalizar sus funciones en el Teatro Chacao, La señora Imber irá de gira a la ciudad de Miami, para regresar en agosto, cuando la tendremos en el Centro Cultural Trasnocho. 


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